Las plantas necesitan una cantidad adecuada de agua para crecer y desarrollarse. Sin embargo, un exceso de agua puede dañar las raíces y afectar negativamente su crecimiento. Por eso, es importante saber cómo identificar si una planta tiene demasiada agua.

Una señal común de exceso de agua es el amarilleo de las hojas de la planta. Esto se debe a que un exceso de agua puede ahogar las raíces, lo que impide que absorban los nutrientes esenciales. Las hojas también pueden volverse blandas y comenzar a caer de la planta.

Otra señal de exceso de agua es la aparición de moho o algas en la superficie del suelo. Esto sucede cuando el suelo está demasiado húmedo, lo que crea un ambiente ideal para el crecimiento de microorganismos no deseables. Si notas un olor a humedad o a podrido, y encuentras moho en la superficie del suelo, es posible que estés regando demasiado.

Las raíces marrones y blandas también son una señal de exceso de agua. Las raíces sanas deben ser fuertes y blancas. Si notas que están marrones y blandas, es posible que estén comenzando a pudrirse debido al exceso de agua.

Para evitar que tus plantas tengan un exceso de agua, asegúrate de no regar demasiado y de que el suelo tenga un buen drenaje. También puedes usar un medidor de humedad del suelo para saber cuándo es necesario regar, y asegurarte de secar el exceso de agua en la bandeja de drenaje después de regar.