¿Qué significa la palabra lampante?

Lampante es una palabra de origen italiano que se utiliza en el mundo del vino para hacer referencia a un tipo de aceite o alcohol de baja calidad.

En el caso del vino, lampante se refiere a un vino de poca calidad que no cumple los estándares de la Denominación de Origen Protegida (DOP). Por lo general, es un vino muy ácido y con un sabor desagradable que no se considera apto para el consumo humano.

En el caso del aceite de oliva, lampante se utiliza para describir un aceite de oliva de baja calidad que no cumple los requisitos para ser comercializado como aceite de oliva virgen o extra virgen.

En general, la palabra lampante se utiliza para hacer referencia a productos de baja calidad o que no cumplen con los estándares requeridos. Por lo tanto, es importante estar atentos a la hora de adquirir productos etiquetados como lampantes, ya que su calidad y seguridad para el consumo pueden estar comprometidas.

¿Qué es un lampante?

Un lampante es un tipo de aceite de oliva que se considera de mala calidad y no apto para el consumo humano directo. Este aceite se produce a partir de aceitunas que se encuentran en mal estado o han sido recogidas del suelo después de desprenderse por sí solas. También puede ser el resultado de mezclas entre distintas variedades de aceituna o de un proceso de extracción inadecuado.

Además del sabor desagradable, el lampante tiene un alto contenido de ácidos grasos libres y otros compuestos que lo convierten en un aceite poco saludable. Por esta razón, se utiliza principalmente para fines industriales, como la fabricación de jabones, cosméticos, pinturas y otros productos similares.

Aunque su calidad es muy inferior al aceite de oliva virgen extra, es importante diferenciarlo de otros tipos de aceites que también se venden como "aceite de oliva" pero son en realidad mezclas o jóvenes vinos del aceite. Por lo tanto, es esencial leer bien las etiquetas y elegir siempre aceites de calidad que cumplan con los estándares requeridos.

Aunque el lampante no está destinado al consumo humano, no es completamente inútil. Gracias a su alto contenido en ácido oleico, es un excelente combustible para calefacción y para su uso como biocombustible.

¿Qué es el aceite de oliva virgen lampante?

El aceite de oliva virgen lampante es un tipo de aceite de oliva que no está apto para el consumo humano debido a su mal sabor y aroma inadecuados, y a su alto grado de acidez. Este aceite se obtiene de olivos jóvenes o enfermos, y de la recolección tardía de la aceituna, lo cual influye en su calidad.

La calidad del aceite de oliva virgen lampante es tan baja que no cumple con las normativas de calidad establecidas por la Unión Europea, y por lo tanto, se encuentra destinado a usos industriales, como por ejemplo, la producción de jabones y biocombustibles.

A diferencia del aceite de oliva virgen extra, que se obtiene de las primeras prensadas de aceituna, y presenta una acidez máxima de 0,8%; y del aceite de oliva virgen, que tiene una acidez máxima de 2%, el aceite de oliva virgen lampante presenta una acidez superior al 2,5%.

En consecuencia, es importante tener en cuenta que el consumo del aceite de oliva virgen lampante puede ser perjudicial para la salud, y que se recomienda optar por aceites de oliva de mejor calidad para su consumo, como el aceite de oliva virgen extra o el aceite de oliva virgen.

¿Cómo se obtiene el aceite lampante?

El aceite lampante se obtiene a partir de aceitunas de baja calidad, por lo que no es apto para el consumo humano sin tratamiento previo.

El proceso comienza con la selección de las aceitunas. En este caso, se escogen aquellas que no cumplen con los estándares de calidad para la producción de aceite de oliva virgen extra o virgen, bien sea por su tamaño, falta de madurez o presencia de defectos.

Una vez seleccionadas, las aceitunas son lavadas y trituradas para obtener una pasta. Esta pasta es sometida a un proceso de batido y centrifugado para separar el aceite de agua, huesos y otras impurezas.

Una vez obtenido el aceite, se procede a su refinamiento para eliminar los componentes no deseados. Este proceso puede incluir tratamientos químicos y térmicos, así como la eliminación de ácidos y sustancias amargas.

Finalmente, el aceite lampante se somete a un proceso de desodorización y blanqueamiento para eliminar los olores y colores indeseados. Con todas estas etapas, se consigue un aceite de baja calidad que, aunque no es apto para el consumo humano directo, puede ser utilizado como combustible, lubrificante o en la fabricación de productos industriales.